Consonantismo

Las consonantes son

P (oclusiva bilabial sorda)
b (fricativa labiale sonora)
t (fricativa dentale sorda
d (fricativa dentale sonora)
k (oclusiva velar sorda)
g(fricativa velare sonora)
ch (aspirata velare sorda)
th (aspirata dentale sorda)
f (fricativa labiodental sorda)
v (fricativa labiodental sonora)
θ (fricativa dental sorda)
g’ (palatal lateral sonora como el italiano)
ts (africado alveolar sordo)
dz (africado alveolar sonoro)
s (fricativo alveolar sordo)
z (fricativo alveolar sonoro)
m (nasal bilabial sonora)
n (nasal alveolar sonoro)
ɲ (nasal palatal sonoro)
l (palatal lateral sonoro)
r (alveolar vibrando simple sonoro)
ɾ (alveolar vibrante múltiplo sonoro)

 

  • Ausencia de diptongación de las e y o breves latinas, como en portugués, lo que sí sucede en español e italiano (en sílabas abiertas).
  •  Betacismo: neutralización de b/v a favor de la primera: biri «ver», bida «vida».
  • Elisión de la b- inicial cuando la precede una palabra que termina en vocal: básicu > su ásicu «básico / lo básico».
  • Elisión de la -v- intervocálica latina: NOVU > nou.
  • Conservación en varias palabras del sonido velar latino [k] ante las vocales palatales e, i que en las demás lenguas románicas se convirtieron en palatales o fricativas dentales: VOCEM > boghe [‘boge] «voz», DECEM > deche [‘deke] «diez».
  • Sonorización de las sordas intervocálicas del latín y, a diferencia del español, el fenómeno también se da en las oclusivas sordas iniciales: putzu [‘puθu] o [‘putsu] «pozo», su putzu [su’βuθu] o [su’βutsu] «el pozo»; curtura [kur’tura] «cultura», sa curtura [sagur’tura] «la cultura».
  • Vocal epentética en las palabras que comienzan por r-: arresultáu «resultado», arrenuntziai «renunciar», urrei «rey».
  • En el dialecto campidanés, sólo tres vocales /a, i, u/ pueden aparecer en sílaba átona.
  • En el dialecto logudorés, una vocal epentética en las palabras latinas que empezaban por s+consonante, como en español, portugués y catalán.

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